GOLIARDOS
Monográfico Carmina Burana
En el siglo IV el emperador Constantino I convocó el Concilio de Nicea, en el que entre otras cosas de suma importancia, se condenaba la figura del clérigo ocioso llamado por aquel entonces “Vagans”. Es probable que tengamos aquí la primera referencia a lo que más tarde se conocería como “Goliardo” o “Clerici vaganti”. Estos personajes fundamentales en gran parte de la literatura europea del medievo, eran en su mayoría estudiantes que abandonaban sus órdenes eclesiásticas para llevar una vida irregular y errante. Muchos de ellos servían a los señores de sus propios alumnos y llevaban en general, una vida licenciosa. En España, como ejemplo de goliardo, tenemos a Juan Ruiz, Arcipreste de Hita quien en su “Libro de buen amor” nos deja algunos versos al respecto: “...como dize Aristotiles, cosa es verdadera, el mundo por dos cosas trabaja: por aver mantenencia: la otra cosa era por aver juntamiento con fembra placentera...” “...Es el vino muy bueno en su mesma natura, muchas bondades tiene si s’toma con mesura; al que demás lo bebe sácalo de cordura: toda maldad del mundo face e toda locura...”
En 1803 se descubre en Baviera un códice con cantos de los siglos XII y XIII, de contenido variopinto y singular; se mezclan en él cantos religiosos con cantos morales y satíricos, canciones de amor, a la bebida y al juego, a representaciones religiosas, parodias etc… Este manuscrito se le atribuye a los Goliardos. En general estos cantos satirizan y critican todas las clases sociales de la época, sobre todo las que ostentaban el poder. En Goliardos, Artefactum quiere dar su particular visión de estos poemas, acercando al oyente a esa parte de la Edad Media, para nada oscura, y llevándolo al punto a alguna taberna de la Europa central.
El programa fue presentado en la XXXIV Edición del festival de Música Antigua de Sevilla / Femás.
ENGLISH / In the 4th century the Emperor Constantine I convened the Council of Nicea, in which, among other things of great importance, the figure of the idle cleric called at the time "Vagans" was condemned. It is probable that we have here the first reference to what would later be known as "Goliardo" or "Clerici vaganti". These fundamental characters in much of medieval European literature, were mostly students who abandoned their ecclesiastical orders to lead an errant and errant life. Many of them served the lords of their own students and generally led a licentious life. In Spain, as an example of a goliardo, we have Juan Ruiz, Archpriest of Hita, who in his “Book of good love” leaves us some verses about it: “... as Aristotiles says, it is true, the world works for two things : to see maintenance: the other thing was to see a meeting with a pleasant woman ... " "... It is a very good wine in its natural state, it has many benefits if it is measured; take the rest out of sanity: all evil in the world is face and all madness ... "
In 1803 a codex with songs from the 12th and 13th centuries was discovered in Bavaria, with varied and singular content; religious songs are mixed with moral and satirical songs, love songs, drinking and playing, religious performances, parodies etc ... This manuscript is attributed to the Goliards. In general, these songs satirize and criticize all the social classes of the time, especially those that held power. In Goliardos, Artefactum wants to give his particular vision of these poems, bringing the listener closer to that part of the Middle Ages, not at all obscure, and bringing him to the point of some tavern in central Europe.
The program was presented at the XXXIV Edition of the Seville / Femás Ancient Music Festival.
Hiemali tempore / CB 203
Curritur ad vocem / CB 47ª
Ave Nobilis / CB 11
Exiit Diluculo / CB 90
Fas et nefas ambulant / CB 19
Sic mea fata / CB 116
Axe Phebus / CB 71
Nomen a solemnibus / CB 52
Clauso Cronos et serato / CB 73
Veris dulcis in tempore / CB 85
Virent prata hiemata / CB 151
Vinum Bonum / Fuera de catálogo
ABC / Carlos Tarín
La ya clásica broma de Vaquero, «el pájaro», de preguntar al público si es el mismo de siempre o hay gente nueva (que la hubo, y seguramente no toda en la sala, ya que una parte no pudo entrar al haberse completado el aforo) viene a reflejar la existencia indudable de una guardia pretoriana que durante casi 25 años han/hemos estado siguiendo a nuestro grupo más «antiguo». Tras presentarnos en Navidad su delicioso CD «Musica ad navitatis tempus», volvían ahora sobre la música de los goliardos, uno de los dos ejes de su trayectoria, junto a las cantigas, un proyecto que seguramente también terminará en disco este verano, una vez que esté bien «rodado». Faltaba Gavira esta vez, pero estaban Barea, Cuevas y Carazo que nos ofrecieron momentos espléndidos, seguidos por el resto del grupo. Cabe señalar la novedad de que la excelente voz de Cuevas en tesitura de bajo (a veces barítono) estuvo acompañada por una viola (fídula) que tocaba él mismo, ya que además de cantante es violinista. Su voz grave se contrapone a la más aguda de Barea y Carazo, y la verdad es que conforman un ente unitario, no sólo en ajustes, sino tímbricamente hablando. Y a este aspecto, ese equilibrio se extiende al resto del grupo, en el que pueden oírse todos los instrumentos –en esta ocasión eran muy variados- y las voces con nitidez. También recuperaban al laudista Aníbal Soriano -y con él la cuerda pulsada-, quien protagonizó dos emotivos momentos acompañando a Barea, en el segundo de los cuales –«Virent prata»- paseó entre el público durante la introducción y luego aportó gran delicadeza y gusto en el acompañamiento. Vaquero cerró con la propina «Magdalena», en una versión mucho más animada –y «desgañitada»- con otras que hemos oído. Y a quien vimos absolutamente entregado fue a Ignacio Gil, quien intervino en varias ocasiones con una fuerza providencial, juglaresca, acaso roquera, especialmente en el «Clauso Crono». Y lo próximo será su participación en el Festival de Música Medieval de las Huelgas en un proyecto junto al compositor contemporáneo Santiago Lanchares y la Schola Cantorum de Asensio. Larga vida a Artefactum.
ENGLISH / Vaquero's already classic joke, "the bird", to ask the public if it is the same as always or if there are new people (who did, and surely not all in the room, since part of them couldn't enter when the capacity) reflects the undoubted existence of a Praetorian guard who for almost 25 years have / have been following our oldest group. After presenting their delicious CD "Musica ad navitatis tempus" at Christmas, they now returned to the music of the goliardos, one of the two axes of their career, together with the cantigas, a project that will surely also end on disc this summer, once that it is well "rolled". Gavira was missing this time, but there were Barea, Cuevas and Carazo who offered us splendid moments, followed by the rest of the group. It is worth noting the novelty that Cuevas' excellent voice in bass tessitura (sometimes baritone) was accompanied by a viola (fídula) that he played himself, since in addition to being a singer he is a violinist. Their deep voice is opposed to the highest of Barea and Carazo, and the truth is that they make up a unitary entity, not only in adjustments, but timbrally speaking. And in this regard, that balance extends to the rest of the group, in which all the instruments can be heard - this time they were very varied - and the voices with clarity. They also recovered the lute player Aníbal Soriano -and with him the plucked string-, who starred in two emotional moments accompanying Barea, in the second of which - "Virent prata" - walked among the public during the introduction and then brought great delicacy and taste in the accompaniment. Vaquero closed with the tip "Magdalena", in a much more lively version - and "disgruntled" - with others we have heard. And whom we saw absolutely delivered was Ignacio Gil, who intervened on several occasions with a providential force, jugglers, perhaps rock, especially in the "Clauso Crono". And the next thing will be his participation in the Medieval Music Festival of the Strikes in a project together with the contemporary composer Santiago Lanchares and the Schola Cantorum de Asensio. Long live Artefactum.
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